martes, 24 de agosto de 2010

Heroes y heroinas

heroes y heroinas
Al empezar el año del Bicentenario, revisión a la iconografía de la independencia en el tradicional calendario Propal.


En esta época de evocaciones y efemérides resulta oportuno volver a mirar el arte conmemorativo producido por artistas nacionales. Se trata de un arte que celebra hechos históricos, y por tal razón no es extraño que la mayoría de las obras puedan calificarse estilísticamente como "realismo idealizado". No obstante, también existen obras conmemorativas de tendencia abstracta, especialmente en el arte tridimensional, comenzando por  los obeliscos y columnas de la antigüedad.
En Colombia el más celebrado autor de monumentos conmemorativos es el maestro Rodrigo Arenas Betancur, cuyas esculturas se han convertido en emblemas de ciudades y sitios históricos. Pero no se puede olvidar que también existe la pintura conmemorativa, obras al óleo, por lo general de grandes dimensiones, que persiguen los mismos propósitos que los monumentos y que, por la fragilidad de los materiales, han sido concebidas para ser expuestas en recintos cerrados, especialmente en los museos, siendo por lo tanto, menos conocidas.
En la otra pintura de Cano, 'El Paso del Ejército Libertador por el Páramo de Pisba'  (1923), es  más directa la influencia del romanticismo. Representa a Bolívar, acercándose a un soldado herido en actitud que recuerda la de Napoleón en la 'Batalla de Eylau' del Barón Gros. Ambas obras parecieran llamar la atención sobre el lado amargo de las victorias bélicas.
'La Reyerta del 20 de Julio', es una pintura realizada en los primeros años del siglo pasado, por el maestro Pedro A. Quijano, y en ella aparecen el criollo Morales y el chapetón Llorente enfrascados en la famosa pelea del florero. La pintura da idea, en la pincelada, de un incipiente expresionismo y trasluce un claro deleite en la recreación costumbrista.
De comienzos del siglo XVIII es 'Policarpa Salavarrieta marcha al suplicio', representación anónima de la heroína acompañada por un sacerdote y un soldado que la conduce amarrada. La obra es de una deleitable ingenuidad, reveladora del imaginario popular de la época, y pareciera haber predicho las figuras de Botero en la peculiar gordura de los personajes.  napoleónicas.

Fotos Independencia

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